domingo, 19 de diciembre de 2010

El Renacimiento de Harlem (IV)

DEL NEW NEGRO A LA NÉGRITUDE

La búsqueda de la identidad

Como ya se dijo, en Harlem se congregaron afroamericanos procedentes de todas partes del país. Hasta ese momento, como reconocía Alain Locke, ser negro en Estados Unidos había sido más un sentimiento que una experiencia, y en Harlem esa experiencia germina y es compartida, creando una conciencia común. Así:

The younger generation is vibrant with a new psychology; the new spirit is awake in the masses, and under the very eyes of the professional observers is transforming what has been a perennial problem into the progressive phases of contemporary Negro life[1].

En efecto, las nuevas generaciones, al emigrar al norte, dejan atrás el pasado de esclavitud de las anteriores. Compartiendo experiencias comienzan a tomar conciencia de sí mismos, de su raza, una raza que no es inferior ni necesita la ayuda condescendiente del blanco, por bien intencionada que ésta sea. En definitiva, las nuevas generaciones están formando una nueva mentalidad que los artistas del New Negro se encargan de promover. En esta generación la raza es un motivo de orgullo, el negro quiere ser reconocido por lo que es, incluidos sus defectos, ya no siente que tiene una deuda para con la sociedad blanca que lo acoge, sino que siente las mismas responsabilidades sociales que cualquier otro ciudadano. Todo ello aparece reflejado en la producción artística del Renacimiento de Harlem, como muestra el poema “Consider me” de Hughes, en el cual el autor une el hecho de ser negro al de llevar la vida que cualquier otro joven estadounidense podría describir:

Consider me,

Considérenme,

Colored boy,

Un chico moreno,

Downtown at eight,

A las ocho en el centro,

Sometimes working late,

A veces trabajando hasta tarde,

Overtime pay

Cobrando sobretiempo

To sport away,

Para divertirme,

Or save,

O ahorrar,

Or give my Sugar

O darle a mi Azuquitar

For the things

Para las cosas

She needs.

Que necesita. […]

Forgive me

Perdónenme

What I lack,

Por lo que no tengo,

Black,

Negro,

Caught in a crack

Atrapado en una grieta

That splits the world in two

Que divide al mundo en dos

From China by way of Alabama

Desde la China atravesando Alabama

To Lenox Avenue,

Hasta la avenida Lenox,

Lenox Avenue.

Ah Avenida Lenox.

Este recién adquirido orgullo racial aparece además acompañado por la mirada hacia el pasado africano. Los autores del Renacimiento de Harlem enfatizan que el arte de sus antepasados ha influido en la Vanguardia contemporánea en autores tan importantes como Matisse o Picasso y eso contribuye a reafirmar la fe en la propia raza. Ellos mismos recurrirán con frecuencia al arte de sus antepasados para crear sus obras, como se verá más adelante.

En cuando al tema que nos ocupa (la identidad racial que se perfila en estos años) hallamos ya en el artículo de Locke “Enter the New Negro” el primer apoyo rotundo a la teoría defendida en este trabajo: el éxito del movimiento literario del Renacimiento de Harlem en la medida que influye en el posterior movimiento de la Negritud. Como afirma Locke, los artistas del New Negro tienen la conciencia de, por una lado, se la avanzadilla para las gentes oprimidas en África, y, por otro lado, de tener la responsabilidad de hacer que el mundo aprecie a la raza negra, tras la pérdida de prestigio que ésta ha sufrido provocada por la esclavitud a la que ha sido sometida durante siglos. Así, aunque en términos menos utópicos y radicales que los de Garvey, la filosofía del New Negro proclama el pan-africanismo, ya que persigue no sólo el reconocimiento social de los negros americanos, sino también el reconocimiento mundial de esta raza y su liberación en el continente africano, donde, en los años veinte, pervivía el colonialismo europeo.

Más de veinte años después de estas ideas proclamadas por Locke, a finales de los años cuarenta, aparece el movimiento de la Negritud africano. Tras la Segunda Guerra Mundial las potencias europeas liberan a las colonias poco a poco, y es el turno de los autores africanos de hacerse oír. En París, en torno a la revista L´Etudiant Noir se unen autores como Léon Damas, de Guyana, Aimé Césaire, de Martinica y Léopold Senghor, de Senegal. Esta vez los negros africanos y de diversas zonas del sur de América unen sus voces en el movimiento de la Negritud, un movimiento que se deja sentir claramente en Europa y ante el cual ya no se pueden hacer oídos sordos. Así, los grandes pensadores del momento toman posiciones con respecto a esta nueva corriente literaria. Mª José Vega recoge en Imperios de papel, las consideraciones que para el pensador francés Jean Paul Sastre merecía la literatura de la negritud, la cual definía como una recuperación de la identidad, una liberación y recuperación de la voz, un proceso de reconstrucción de la imagen del negro, una imagen orgullosa frente al prejuicio europeo. La negritud es una revalorización de la raza negra, una toma de conciencia y una lucha contra la errónea concepción europea[2]. En definitiva, las características que ya había iniciado el Renacimiento de Harlem.

Los autores de la Negritud tienen, por su parte, plena conciencia de estar continuando la labor iniciada casi treinta años antes por los autores del New Negro, así, Léopold Senghor, uno de los fundadores del movimiento, poeta, ensayista y político afirmaba lo siguiente:

Negritude is nothing more or less than what some English-speaking Africans have called the African personality. It is no different from the ‘black personality’ discovered and proclaimed by the American New Negro movement. As the American Negro poet, Langston Hughes wrote after the First World War: ‘we, the creators of the new generation, want to give expression to our black personality without shame or fear[3].’

Así, tanto el Renacimiento de Harlem como la Negritud desafiaron la concepción occidental y proclamaron la valía de la raza negra, su igualdad con respecto al hombre blanco. Del mismo modo, ese pan-africanismo que ya esbozaban los pensadores del New Negro alcanza su plenitud cuando el continente africano comienza a ser liberado del colonialismo europeo. De este modo, Senghor definía la negritud como “la suma de los valores culturales del mundo negro[4]”, y Franz Fanon, un pensador neomarxista que estudió la colonización desde el punto de vista psicológico a través de distintos trabajos científicos, planteaba la necesidad de los negros de Estados Unidos y América Central o del Sur de sumarse a una matriz común, pues que el problema que todos compartían era el mismo: todos los negros habían recibido el mismo trato vejatorio porque los blancos siempre habían puesto a todos los negros en el mismo saco[5].



[1] Alain Locke, “Enter the New Negro”, en Survey Graphic, op. cit.

[2] Cfr. M. J. Vega, Imperios de papel, Barcelona, Crítica, 2003, pp. 42, 43, 44.

[3] L. Senghor, “Negritude: A Humanism of the Twentieth Century”, en P. Williams y L. Chrisman, Colonial Discourse… op. cit. p. 27.

[4] Ibid. P. 28

[5] F. Fanon, “On National Culture”, en P. Williams y L. Chrisman, Colonial Discourse and Post-Colonial Theory, Hertfordshire (Reino Unido), Harvester Wheatsheaf, 1993, p. 39.

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